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El protagonista ES el argumento
Usted como escritor es un viajero del tiempo. Tiene todo el plan de la historia en la cabeza y puede ver causas y consecuencias, antecedentes, razones y decisiones: toda la existencia en un solo pantallazo. Usted conoce bien tanto el final como el comienzo. Toda la información está disponible para usted. El problema es que para sus lectores, meros mortales que no tienen otra opción que comenzar por el principio e ir avanzando escena tras escena, el instante en que algunas situaciones carezcan de sentido puede ser el momento en que dejen de leer. Guiar al receptor de su historia desde el punto A al punto B no es algo…