
Creación de personajes
No existen novelas sin personajes, de ellos depende el avance de la historia. Hasta que no aparecen en escena la acción no comienza y la historia es como un pueblo fantasma, un desierto, está despoblada. Tener un buen argumento es fundamental, pero quien lo vive, quien lo lleva a cabo es lo que nos hace ganarnos al lector para que se enganche a nuestro relato hasta que termine.
Lo primero: Hay que lograr que el lector se interese por el personaje, lograr que le importe lo que le sucede, si tiene éxito o no, si vive o muere. Para esto es preciso crear personajes convincentes, verosímiles, con lógica interna y coherencia en su comportamiento. La falta de cualquiera de estas cosas restará ese aspecto a nuestra historia y si el lector no se cree el personaje, todo el argumento parecerá cartón pintado.
Hay otra pregunta que se deben estar haciendo: ¿hay que definir con pelos y señales a todos los actores de nuestra novela?
No. La profundidad del perfil de cada personaje depende de su implicación en la trama, hay protagonistas, personajes principales, secundarios, menores, figurantes y de relleno.
Primero una base teórica:
La definición del personaje: ¿Quién es nuestro protagonista?
Las novelas, la literatura en general, nos presenta personajes concretos cuando los hace actuar para nosotros desde un libro. Mientras más precisa sea la concreción del personaje es más fácil para el lector creer que se halla ante una persona real. El primer elemento práctico para hacerlo es la elaboración de una ficha, donde apuntaremos todos los datos de nuestro personaje, cuantos más, mejor. Luego le daremos al lector sólo la información que creamos conveniente, pero para que esa persona se mueva con naturalidad en nuestra historia el lector debe entender que actúa como su identidad sugiere que lo haga, no siguiendo un guión arbitrario sino reaccionando a lo que le pasa, tomando sus decisiones.
Fichas de personaje: estas son como identikits de la policía y nos dan un vistazo general de la persona, de forma global. La información que contienen suele ser:
Nombre. Un aspecto muy importante que no hay que tomar a la ligera.
Biografía. Más profunda cuanto más protagonismo tenga el personaje.
Biología. Rasgos físicos generales y datos particulares o distintivos de su aspecto.
Psicología. El mundo interior. Su pasado. Carácter, temores metas y anhelos.
Entorno. Los lugares en los que se lo suele encontrar.
Interacción. Forma de hablar y de relacionarse con el mundo.
Nombre:
Es lo primero que pensaremos, es como bautizar un niño cuando nace. Pero en este caso también debe estar en concordancia con su entorno en la historia. Nos llamaría la atención que en las cavernas, en el mundo del hombre primitivo, el jefe de la tribu se llame Kevin, o Archivaldo. Elegir el nombre debe tener lógica en el conjunto de la historia, decir algo del personaje pero no ser muy evidente ni exagerado. Si nos vemos tentados a poner a nuestros personajes nombres comunes (Juan, María, etc.) hay una dimensión de ellos que no revelamos y estamos perdiendo un juego en complicidad con el lector. Para J.R.R. Tolkien era tan importante el nombre, que sus personajes tenían más de uno, según en dónde y con quienes estaban. No hubiera sido lo mismo si el protagonista de El nombre de la rosa de Umberto Eco, hubiese sido el Padre John en vez de Guillermo de Baskerville.
Como nuevos escritores, es probable que nuestros personajes pasen por varios nombres antes de decidirnos por uno; por suerte los procesadores de texto tienen la función buscar/remplazar, tan útil en estos casos.
Biografía:
La física de las novelas de ficción no admite arbitrariedades, todo se da con una relación causa-efecto clara e inevitable so pena de ser inconsistentes o caer en la falta de credibilidad. Por eso es fundamental conocer la historia de nuestro personaje para entender su presente. Y digo para entenderlo nosotros como escritores, porque no es necesario desvelarlo a los lectores si no lo consideramos parte de la trama, pero sí es imprescindible para escribir cómo reaccionará el personaje a lo largo de la historia de forma coherente con su personalidad y su pasado.
Los datos básicos que debemos saber:
Año y lugar de nacimiento.
Padre, madres y familia cercana (hermanos, tíos, mujer, hijos, suegros).
Sus primeros años.
Su educación. Habilidades o la falta de ellas.
Éxitos y fracasos. Logros y decepciones.
Para un personaje que tiene 10 años, en una novela que relata unos meses de su vida es todo bastante simple. Pero para un personaje adulto en una historia épica de treinta años de duración deberemos hacer varias mini biografías que nos actualicen el personaje con el paso del tiempo.
Biología:
Al principio de nuestra novela, cuando estamos dando forma a la historia, generalmente pensamos en nuestros personajes de forma vaga, como en una nebulosa en que intuimos ciertos rasgos de su aspecto físico, pero sin concretarles. Imaginar la apariencia física de nuestro personaje con cierta nitidez nos ayudará a mostrárselo al lector. Una buena manera de fijar un personaje en forma física es haciendo una especie de “casting” y encontrando una foto en internet que vaya con nuestra idea general de la persona que estamos creando. Con personas y rostros reales se hará más fácil definirles. Luego vamos un poco más profundo
¿Es alto o bajo?, ¿delgado, gordo, contextura media?, ¿Cuál es la forma de su cuerpo? ¿De qué color es su pelo, cómo lo peina?, ¿De qué color son sus ojos?
Luego pensemos en rasgos distintivos, como en una ficha policial, ¿Qué lo hace diferente?, ¿Tiene marcas, lunares, cicatrices?, ¿Tiene un olor particular, agradable o lo contrario? (No se olvide de usar todos los sentidos al crear perfiles de los personajes.)
El tercer escalón en la descripción es la imagen que transmite, ¿Qué ropa viste?, ¿Utiliza siempre alguna cosa singular, como un bastón, anteojos, una Magnum 44?, ¿Tiene una forma particular de caminar, correr, pararse, sentarse, rascarse la cabeza?
Llegados a este punto podemos escribir páginas y páginas que describen a nuestros personajes de ficción físicamente, pero hay que ser cuidadoso y no perder el tiempo. Un buen comienzo es escribir una breve impresión general de cómo se ve un personaje de ficción, junto con su foto de internet (cuidado que esto de las fotos es para uso estrictamente personal, podemos tener personajes basados en Sharon Stone en Basic Instinct o en el payaso malvado de It, pero es nuestra historia la que debe despegarlos de la foto plana y darles su propia dimensión.)
Así pues, no pierda demasiado tiempo en la descripción física al crear perfiles de los personajes. Escriba lo suficiente como para ser capaz de imaginarlos actuando en las imágenes mentales de nuestras novelas, esas mismas historias los irán completando.
Psicología:
El mundo interior de nuestro personaje hará que actúe de una forma y no de otra, lo hará reaccionar ante ciertos estímulos de una forma determinada, todos sabemos como se pone Marty McFly cuando le dicen “gallina”.
Para conocer su aspecto psicológico, hay que definir algunos puntos primordiales como son su carácter primario, nivel intelectual, deseos, temores y sus metas. Lo que lleva adelante a un personaje a través de la novela es la meta que quiere lograr, el camino para hacerlo estará condicionado por sus deseos y temores, que nos dará a conocer por medio de su carácter.
Como la descripción física, la psicología de nuestro personaje irá creciendo con el relato, pero el tener bien definidos los aspectos básicos es primordial para saber que hará una vez puesto en situación. Recordemos que toda reacción en la novela debe tener su causa debidamente explicada, por eso si nuestro personaje actúa de una manera particular su pasado debe explicarlo.
Podemos empezar con la siguiente pregunta:
Si tuviera que describir a un personaje con tres adjetivos, ¿cuáles serían?
¿Nervioso, crédulo, inseguro?
¿Mediocre, materialista, cínico?
¿Inteligente, segura, práctica?
¿Romántica, ingenua, inmadura?
¿Generoso, sensible, amable?
Si usted tiene claro estos tres adjetivos que describen cada personaje, por lo menos puede tener una base sólida sobre la que empezar a construirlos a medida que avance la historia.
Para hacer un retrato más completo, que explique la naturaleza esencial de nuestro personaje, también tenemos algunas preguntas:
¿Son felices o infelices?
¿Son optimistas o pesimistas?
¿Son aventureros y arrojados o tienden hacia la vida familiar?
¿Cuál es su temperamento básico, su estado natural? ¿Están de mal humor?
¿Cuáles son sus creencias religiosas o espirituales?
¿Son el alma de la fiesta o se quedan tranquilos en una esquina?
¿Son de izquierdas, de derechas, o no les interesa la política?
¿Creen que la gente es básicamente buena, o no confían en nadie?
¿Piensan que la vida es genial y no pueden esperar a salir de la cama cada mañana, o ellos creen que la vida es una especie de broma de mal gusto?
¿Son el tipo de persona que cree en una teoría de la conspiración?
¿Necesitan un “algo” para pasar el día? (Desde café hasta drogas duras.)
¿Qué es lo que temen y cómo reaccionan a ello?
¿De qué se sienten culpables?¿Tienen algo que ocultar? ¿Hasta dónde llegarían para hacerlo?
¿Son románticos o realistas?
¿Tienen un niño interior?
¿Son sensibles o no? ¿Son conscientes?
Estoy seguro de que esta lista apenas rasca la superficie, pero puede dar una idea de la clase de cosas que usted debe buscar en el aspecto psicológico.
Entorno:
¿Dónde vive nuestro personaje? ¿Dónde trabaja? ¿Dónde pasa la mayor parte de su tiempo? La descripción de los lugares que habita y frecuenta nos dan una pauta sobre la clase de persona que es y cómo se relaciona con su entorno. No es necesario abundar en detalles que harían más lenta y pesada nuestra novela, sólo es preciso que nosotros lo tengamos claro como escritores y quizás mencionemos aspectos puntuales, como lo pulcro y ordenado que tiene su escritorio, o lo oscuro y deprimente que es el bar donde pasa cada tarde.
Interacción.
Esto significa de qué forma reacciona y se comunica con su entorno día a día. La pregunta más importante en éste apartado es ¿Cómo habla?, de allí se desprenden otros rasgos que definen a nuestros personajes, como las palabras que usa, la jerga, el tono, la sintaxis…
Desde el punto de vista intelectual:
¿Utilizan las palabras largas y elegantes o frases cortas y monosílabos? ¿Son educados o incultos? ¿Utilizan una gramática precisa, pobre o algo intermedio?
¿Maldicen todo el tiempo o sólo cuando llegan a su pulgar con un martillo? ¿Nunca?
¿Cuál es su mala palabra favorita? ¿Utilizan lenguaje soez u ofensivo?
¿Tienen frases latiguillo, o frases inusuales? ¿Citan a otra gente? ¿Dicen siempre refranes?
Y desde el punto de vista físico:
¿Es su voz baja o alta en el tono?
¿Tienen un vozarrón claro y potente o la gente se debe esforzar para escucharlos?
¿Hablan de manera diferente a diferentes personas y en diferentes situaciones?
¿Son buenos imitadores?
¿Tienen un tartamudeo o algún otro impedimento en el habla?
¿Charlan fácil y de forma distendida, o son lacónicos como Clint Eastwood?
Ah, y no olvide lo siguiente …
¿Cuál es su risa? ¿Tienen sentido del humor?
¿Miran a los ojos cuando hablan o hacia abajo sus zapatos?
¿Hay hábitos o gestos relacionados con la forma de hablar, un tic facial tal vez?
¿Hacen gestos con las manos? ¿Son delicados manipulando cosas?
Personajes secundarios
Para estos personajes que no están en la primera línea de nuestra historia basta con hacer una descripción por adición, que va creciendo a medida que debemos resolver aspectos puntuales mientras evoluciona la novela.
Como ejemplos:
1. Un anciano robusto.
2. Una preciosa adolescente indiferente.
3. Una mujer de negocios.
Esto es muy general, lo que a priori necesitamos del personaje, pero luego le añadimos tres cosas para hacerlos diferentes:
1. El anciano es un ex jugador de Rugby, muy duro. Lleva siempre unos anteojos enormes de metal dorado. Habla muy poco, generalmente con gruñidos y monosílabos.
2. La chica tiene ojos celestes enormes pero lleva lentillas. No puede prestar atención a nada y divaga constantemente, lleva siempre teléfono móvil en la mano. Habla con un tono de voz muy alto, irritante.
3. La mujer va vestida siempre con perfectos trajes sastre de corte exclusivo. No tiene paciencia para nada. No realiza una tarea solamente, sino que atiende varias cosas al mismo tiempo con eficiencia.
A partir de aquí nuestro personaje es distinto, a medida que avance la historia le podemos ir agregando cosas que resolvemos en la escritura o que precisamos que tenga:
1. El anciano tiene un enorme tatuaje en el brazo derecho, porque queremos que sea un medio para identificarlo.
2. La chica es tan delgada que pasa perfectamente por una diminuta ventana del sótano.
3. La mujer es de raza negra, por eso la segregan en un exclusivo club de campo.
Se puede ir ampliando las descripciones todo lo que deseemos, pero seguro que los bocetos de los tres personajes de ficción anteriores son suficientes para que cualquiera se los pueda imaginar físicamente. Cualquier otro detalle que necesitemos se puede ir agregando a la descripción una vez que pongamos al personaje en una situación específica, durante la fase de redacción los detalles correctos surgen mucho más fácilmente.
Hasta aquí la introducción a la creación de personajes. Más adelante iré ampliando este apartado con temas como Caracterización, Tipos de personajes, Cómo presentar personajes en las novelas, etc…


10 Comentarios
Sirvi
Precisamente ando inmersa en esta tarea para mi segunda novela; me ha encantado tu post. Inventarse una persona y todo su mundo interior no es tarea fácil 🙂
escrilia
Pero qué satisfactorio es cuando logras que tus lectores realmente crean en ese personaje. Suerte con tu novela.
Titan
¿Donde puedo echarle un vistazo a tu novela? ¿Esta en librerías?
Graciasss
contijj
Reblogueó esto en JJ Contiy comentado:
Me ha resultado una entrada muy interesante.
Jovane Anduezza
Muchas gracias, ha sido de mucha ayuda para este principiante que intenta escribir su primer novela.
jamix
me pareció muy interesante porque ando dándole vueltas a una idea sobre una novela que sera la primera que escriba y por ahí me devanaba los sesos de como describir a los personajes sus características físicas y psicológicas,etc.
jesseeley
Muy esclarecedor! Es una ayuda precisa para hacer a los personajes más creibles. He aplicado algunos de los consejos que das. Gracias!
Claudia
UFF!!!! muy agradecida!!! la verdad no soy escritora, de hecho estoy comenzando en ventas, quiero crear una pastelería online, quizás te preguntes: ¿que hace esta mujer aquí?, bien, hay un paso fundamental a la hora de crear una empresa exitosa y es conocer a tu cliente, y yo no tengo idea de de como hacer eso, pero si sé cómo es el tipo de persona a la que quiero atender y servir con mi empresa, por eso he buscado la manera de modelar a mi cliente como si de un personaje de ficción se trate, así podría hacerle todas las preguntas que tengo, quizás te parezca que me estoy pagando y dando vuelto, pero ustedes los escritores saben que luego de creados los personajes tiene vida propia (la verdad me imagíno que es así), y bien, me encanta poder tener una pauta para crear a mis clientes imaginarios con los que las personas reales puedan identificarse.
Cristina Lucero
Mi novela está lista. La autocorregí, porque creo que es muy importante hacerlo. Tuve en cuenta todo para componerla, en especial y como primera medida, conocer la historia. Esto es fundamental, ya que se trata de una novela inspirada en hechos reales, a los que luego les incluí fantasías. La verdad -creo- que me salió muy buena. Cada vez me gusta más. Pronto será editada. Ah, hay algo muy importante: desde el título debe atraer al lector.
José Fernández
Muy interesante, me gustó lo que menciona sobre la construcción de los personajes, eso me ayudará para mi primera novela. Gracias.